Y entiendo muy bien su amor desesperado, pues es el mismo que yo siento. Y vivir de ilusiones está mal, es bastante placentero, pero está mal, no es real, no dura. Y es todavía peor conseguir cachos de esa felicidad, porque luego la echas en falta, porque engancha, porque siempre quieres más, porque no haces más que pensar cuándo será la próxima vez, cuándo volverás a tener un poquito más de aquello que tanto te hace soñar... Pero no es fácil desprenderse de lo que tanto ansías, porque aunque duele, cuesta, cuesta mucho. Porque aunque no vaya a durar, no pierdes la esperanza. Porque aunque te mueras de celos a veces... cuando está entre tus brazos lo olvidas todo... Aunque sientas que te ahogas en la desesperación, es como una droga de la que no eres capaz de desintoxicarte. Porque no basta con quererle y querer dárselo todo. Porque no vale querer con locura. Porque el cariño no es suficiente y es a lo único que sabes que puedes aspirar...
Y el miedo de creer que "quizás esta sea la última vez"... no poder tenerle más, aterroriza...
De nada sirve derramar una sola lágrima... esa por ejemplo que se asoma por tu mejilla, sécatela y deja de pensar...
Y deja de sentir que no vales, y deja de encerrarte en ti misma, deja de pasarlo mal, déjalo todo aparcado, vive y disfruta... sin preocupaciones, sin tristezas, sin ansiedad, sin no dormir, descansa un poco, Carmen...
Ojalá fuese todo así de sencillo, decirlo y hacerlo...
(y falta una noche para que sea una quincena...)
lunes, 15 de diciembre de 2008
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